El Precio del Liderazgo

Nelson Mandela pasó veintisiete años en la Isla Robben cerca de la costa de Sudáfrica. Durante esos largos años, el rompió piedras, hizo trabajo arduo, fue abusado y no tuvo privilegios. El futuro de Mandela se veía desesperanzador. Pero luego, un día, el adquirió su libertad. Un día, salió de esa prisión y cambió el mundo. 

Como líderes, debemos recordar que el liderazgo viene con un precio. Algunos de ustedes quizás estén atravesando esa temporada de refinamiento ahora mismo. Quizás tu pasión sea cambiar el mundo, pero estás enfrentado grandes dificultades. Quizás no tienes la menor idea de cómo el llamado de Dios se cumplirá en tu vida. Quizás te encuentras en la Isla Robben.

Al igual que Nelson Mandela, no dejes de esperar y prepararte—durante el quinto año, el decimoquinto año, el vigésimo quinto año—más allá de como te sientas, quiero que sepas que un mejor futuro vendrá. Dios está usando esta temporada, más allá de las pruebas, para prepararte para lo que se avecina. El Nelson Mandela que celebramos hoy no hubiese sido el mismo sin la Isla Robben. El trabajo que hagas para Dios requiere que le permitas que te toque, que te moldee, te refine y te prepare de antemano. Ese es el precio del liderazgo.

Y un día, todo valdrá la pena. Dite a ti mismo, “Soy alguien que cambiará al mundo. No me daré por vencido; este es mi llamado y será maravilloso.”. No te rindas. Mantente firme donde estás y prepárate para avanzar a un nuevo lugar, en el momento perfecto.